lunes, 7 de febrero de 2011

"Mi primera vez... ¿Qué debo hacer?"


Llegó el momento. Muchas veces te has masturbado pensando en aquel muchacho que te pone tan caliente, o tal vez, imaginando esas fantasías que te hacen estremecer; pero ahora la acción es en vivo, te sientes muy excitado y seguro de que quieres dejar de ser virgen.

Son muchas las cosas que pasan por tu cabeza: "¿Lo haré bien?, ¿Él lo hará bien?, ¿Cómo se sentirá mejor?, ¿Le gustará lo que hago?..." ¡Pero tranquilo! El asunto es más sencillo de lo que piensas.

Tú quieres hacerlo, de eso estás seguro, él también quiere; pero ¿Estás realmente preparado para tu primera vez? ¿Cómo prepararte? Caelum Gay te explica paso a paso lo que debes hacer para que tu primera vez sea lo más placentera posible.

"¿Qué debo hacer?"

Si eres pasivo...

Yo sé que por lo general el sexo no se planifica, de hecho, la mayoría de las veces es espontáneo, pero si logras planificar tu primera vez, entonces estos consejitos te pueden ayudar mucho...

En primer lugar, debes estar "limpio". Permíteme explicarte: a veces una ducha no es suficiente, es posible que al momento de la penetración logres "ensuciar" a tu amante... ¡O las sábanas! ¿Ahora sí sabes a qué me refiero?

Por eso es importante que antes de tener sexo te hagas un lavado rectal. ¿Cómo hacerlo? Lo ideal es con una pera rectal (no inventes con mangueras ni botellas ni nada por el estilo, podría ser peligroso). La pera rectal es un instrumento de goma o hule con una punta o boquilla de goma también o de plástico. Las peras para limpiezas rectales las venden en cualquier farmacia y son muy económicas.

Ejemplo de una pera rectal
Son fáciles de usar, aprovecha mientras te aseas. Sólo llénala de agua limpia e introduce la boquilla en tu ano (no duele, créeme, aún así, hazlo con cuidado). Una vez dentro, presiona la pera y sentirás el agua entrar a presión. Luego puja para que botes esa agua sucia en la poceta o sanitario, llena nuevamente la pera y repite la operación hasta que salga agua limpia de tu ano.

También ten presente que debes defecar antes de hacerte el lavado, para tratar que el recto esté lo más limpio posible.

Bueno, eso es lo referente a la limpieza. Ya en el acto como tal, lo importante es que estés relajado, sentirte cómodo (con la persona, el lugar, el momento...) y te sientas seguro de lo que quieres hacer. Una larga sesión de besos y caricias puede ayudar mucho.

Antes de ser penetrado, procura dilatar el ano con tus dedos (o los de él) y usa lubricante. Cuando ya estés listo para ser penetrado, ¡Pues adelante!

Siempre duele un poco, pero es un dolor soportable. El dolor varía dependiendo de la posición, la lubricación, la dilatación del ano, el grosor del pene, entre otros factores. Es importantísimo que estés relajado y excitado, no pienses las cosas tan mecánicamente y déjate llevar por el momento, ya que debido a los nervios, los músculos del ano se contraen haciendo más difícil la penetración y por ende, provocando un mayor dolor.

Posición del misionero
Seguro te estarás preguntando qué posición tomar para que duela menos, y en Caelum Gay tenemos respuesta a todas tus preguntas.

La posición en la que se siente menos dolor es la del misionero, es decir, tú acostado boca arriba con las piernas levantadas y él sobre ti.

Recuerda usar abundante lubricante (la saliva puede servir, pero lo ideal es que compres en la farmacia un gel lubricante íntimo, ya que la saliva se seca muy rápido) y pedirle que te penetre poco a poco. Si en esta posición te duele mucho o te sientes incómodo entonces intenta la siguiente: él acostado boca arriba y tú te sentarás sobre su pene. Lo bueno de esta última, es que serás tú quien controle la penetración y lo harás al ritmo que desees y te sientas mejor.

Una vez que el pene esté adentro y el ano esté más dilatado, el dolor irá desapareciendo y lo que vendrá para ti será sólo placer. Disfrútalo.

Si eres activo...

Se pudiera decir que el trabajo del activo es mucho más sencillo, puesto que no necesita mucha preparación, no siente dolor y sólo debe meterlo y ya... ¡Pero no es así! El activo tiene mayor o igual responsabilidad que el pasivo.

Al igual que tu compañero, es imprescindible que te sientas totalmente cómodo y relajado, y por supuesto, seguro de lo que quieres hacer.

Los juegos previos a la penetración ayudan muchísimo a mantener a ambos excitados y relajados, por lo que no dejes de lado los besos, masajes, caricias... Sé que mueres por metérselo de una vez y descargar todo tu deseo, pero ve despacio, vale la pena. Él te lo agradecerá y tú te sentirás mucho mejor.

No dejes de lado los besos, caricias...
Ayúdalo a relajarse y dilata su ano. Puedes empezar besando sus nalgas, pasando la lengua por su ano (tranquilo, que si siguió mis consejos, está limpio), llénalo de saliva y empieza metiendo un dedo. Debes saber escuchar, detente si él te lo pide. Si ambos están relajados y tu dedo entra fácilmente, intenta con un segundo dedo. Si está muy difícil o dice que le duele, hazlo poco a poco y no dudes en usar un gel lubricante íntimo, puesto que la saliva se seca muy rápido. 

Una vez listos para la penetración, intenta con la posición del misionero (él acostado boca arriba con las piernas levantadas y tú sobre él). 


Recuerda colocarte el preservativo cuando tu pene esté bien erecto, ¿Cómo lo haces? Es simple, abre el empaque con cuidado (no uses los dientes ni materiales filosos, podrías romper el condón), cuando lo tengas, agarra la punta con tus dedos pulgar e índice para que no se llene de aire, lo colocas en la punta de tu pene y con la otra mano deslízalo hasta la base, no sueltes la punta del preservativo. No lo estires para ponértelo como si fuese una media o calcetín, así se llenará de aire y habrá una alta probabilidad de que se rompa, sólo deslízalo y se desenrollará hasta cubrir tu pene.


Posición del misionero
Para la posición del misionero, haz que se acueste boca arriba en la cama, puede ayudar mucho colocar una almohada bajo su pelvis, así su ano quedará más elevado. Levanta sus piernas y llévalas hasta tus hombros o al menos ábrelas con tus brazos.


Aplica suficiente gel lubricante en tu pene y en su ano, coloca tu pene en la entrada de su ano y comienza a hacer presión lentamente. Ten en cuenta que a él le dolerá, por lo tanto debes ser paciente y considerado (a ti podría dolerte también si tiene el ano muy contraído). El glande (la cabeza) será lo más difícil para entrar, debido a que es la parte más gruesa del pene, ve despacio, introduce un poco y detente ahí mientras su ano se va dilatando y relajando, después introduce un poco más y sigue así poco a poco. Ayuda a relajar a tu pareja dándole un beso. Después que el pene esté adentro comienza con embestidas suaves y aumenta el ritmo a medida que se exciten más y él te lo vaya pidiendo.


Puedes dejar que controle la penetración
Si en la posición del misionero a él le duele mucho y se queja, intenten esta: tú acostado boca arriba y él se sentará sobre tu pene.


Aquí sólo debes relajarte y dejarte llevar, puesto que él se encargará de controlar la penetración y lo hará a su ritmo, dependiendo de cómo se sienta más cómodo.


Una vez que el pene esté adentro pueden moverse como quieran, sin dejar de ser sutiles.


Después, si lo desean, pueden cambiar de posición e intentar algunas otras.


Una vez que hayan tenido su orgasmo, recuerda sacar tu pene lentamente, porque también duele un poco al salir.


Después que estén más experimentados pueden intentar otros trucos, posiciones, incluso anímate a encontrar su Punto G, aquí te enseñamos cómo.


El sexo es un acto maravilloso si se practica con pasión, sutileza y responsabilidad. La relajación es importante, no dejen de ser cariñosos entre sí. Los nervios pueden traicionar y hacer que el ano se contraiga o que el pene pierda su erección.


La primera vez es especial y se recuerda siempre, de ustedes depende que sea un recuerdo desagradable o un recuerdo bonito que dure toda la vida. Ánimo, paciencia, dedicación y responsabilidad. Disfrútenlo.




Fuente: Caelum Gay

jueves, 3 de febrero de 2011

Top 5 - Cirugías estéticas más comunes en los hombres

Atrás quedó la idea de que las mujeres tienen el derecho exclusivo de mejorar su aspecto físico y transformarse para ser más bellas. Los hombres también lo están haciendo, y cada vez son más quienes recurren a métodos tan simples como usar alguna base o maquillaje así como realizarse una cirugía estética.

Levantar la barbilla, aumentar (o reducir) los pectorales, engrosar los labios o hasta alargar el pene son tan sólo algunas de las cirugías estéticas masculinas que ayudan a realzar la belleza de quien decide dejarse ayudar por el bisturí.

A continuación, Caelum Gay te presenta las cinco cirugías estéticas más comunes a las que recurren los hombres.

Posición #5: Operación de párpados y ojeras (Blefaroplastia)

En la quinta posición de este Top se encuentra la blefaroplastia.

Hombres con el párpado superior cayendo sobre la pestaña son quienes suelen solicitar con mayor frecuencia esta operación. También aquellos que quieren evitar las "bolsas" en el párpado inferior. Suele combinarse con prácticas no-quirúrgicas como el bótox.



Posición #4: Operación en la nariz (Rinoplastia)

La cirugía de nariz es otro retoque estético bastante solicitado por varios hombres, es por eso que llega a la cuarta posición de este ranking.

Generalmente los hombres que tienen algún defecto en la forma de su nariz son quienes recurren a la rinoplastia. Bien sea para reducir, levantar, ensanchar o afinar la nariz, ésta es una de las intervenciones más comunes en los hombres.

Pero es apenas la cuarta posición, existen cirugías estéticas masculinas aún más comunes.



Posición #3: Cirugía de reducción de mamas (Ginecomastia)

Esta intervención para reducir el volumen de las mamas suele ser una cirugía que solicitan muchos hombres con sobrepeso o ex fisicoculturistas.

Se recurre a esta operación cuando el agrandamiento de las mamas es extremo, desigual o que pueda ser vergonzoso.

Es muy común, sí, pero es tan sólo la tercera posición del Top 5 de las cirugías estéticas más comunes en los hombres.




Posición #2: Liposucción en abdomen y cintura (o Lipoescultura)

A la segunda posición de este Top llega la liposucción.

Hombres que tienen sobrepeso, presentan "cauchos" o "lonjas" y hombres que quieren quitarse algún kilo de más, recurren a esta cirugía frecuentemente.

¿A quién no le gusta lucir un abdomen fabuloso? Cuando el ejercicio no es suficiente, el bisturí podría ayudarte.

En pleno siglo XXI, donde la belleza es muy importante y existen cada vez más hombres metrosexuales, la liposucción o lipoescultura se ha convertido en la cirugía estética por excelencia.



Así es, la cirugía estética por excelencia, pero aún hay una intervención en los hombres que resulta más común que la liposucción. Se trata de la posición número uno de este Top...


Posición #1: Implante capilar

Un punto verdaderamente preocupante para los hombres es la pérdida del cabello.

Es por eso que el implante capilar representa el 80% de las cirugías estéticas que se practican los hombres.

Dejar de lucir esa hermosa y brillante cabellera para convertirse en un calvo, causa terror en la población masculina, no en vano el implante de cabello ocupa el primer lugar del Top 5 de cirugías estéticas más comunes en los hombres.





Es importante que tengas presente que la cirugía estética sirve para corregir algunos puntos del cuerpo con los que la persona no se sienta a gusto, pero eso no arregla los problemas de autoestima. Para ello, la mejor cura es la autoaceptación y cultivar la personalidad.

Además, recuerda que comer sano y hacer ejercicio diariamente te mantendrá en forma y tal vez no sea necesario recurrir a algún tipo de intervención quirúrgica.


Fuente: blogellos.com, www.terra.com