Si deseas tener una relación fuerte o mejorar las cosas con tu pareja, deberías evitar estos siete pecados:
Uno de los principales pecados es el Resentimiento
Este es un veneno que comienza como algo pequeño ("No trajo el encarguito que le pedí, no pensó en mí") y se acumula para convertirse en algo grande. El resentimiento es peligroso porque a menudo no te das cuenta, ni tu pareja tampoco. Si notas un poco de resentimiento de tu parte, es necesario que lo encares de inmediato. Córtalo mientras es pequeño, porque no se va a ir por sí mismo. Hay dos buenas maneras de lidiar con el resentimiento: primero, respirar, y aceptar a tu pareja con virtudes y defectos, ten en cuenta que nadie es perfecto. Y segundo, hablar con tu pareja acerca de tus sentimientos y tratar de llegar a una solución que funcione para los dos.
Los Celos
Es difícil controlar los celos, si los sientes, pero debes tener en cuenta que, como el resentimiento, es un veneno en la relación. Un poco de celos es aceptable, pero cuando llegas al nivel en el que molestas a tu pareja se manifiesta tu necesidad de controlar a la otra persona; esto te trae peleas innecesarias y hace infeliz a ambas partes. Si tienes problemas con los celos, en lugar de tratar de controlarlos, es importante examinar y tratar el problema de raíz, que por lo general es la inseguridad. Esta puede estar ligada a tu infancia (abandono de un padre, por ejemplo), a una relación pasada en la que saliste lastimado o a una experiencia negativa con tu actual pareja.
Expectativas no realistas
A veces tenemos la idea de cómo queremos que sea nuestra pareja. Podríamos esperar que limpie después de comer, que sea considerado, que siempre piense primero en nosotros y que nos sorprenda. Lamentablemente a menudo, sin darnos cuenta, esperamos demasiado y nuestras expectativas no son realistas. Nuestra pareja no es perfecta, nadie lo es. No podemos esperar que sea exactamente como nosotros, porque todo el mundo es diferente. Las altas expectativas te llevan a la decepción y la frustración, sobre todo si no le cuentas a tu novio o novia cuáles son esas expectativas. El remedio es reducirlas y permitirle a tu pareja ser él mismo. A ti te queda respetarlo y amarlo como es.
No hacerse un tiempo
Se trata de un problema común en las parejas que están muy ocupadas con el trabajo o si ya tienen hijos. Son parejas que no pasan tiempo juntos y eventualmente se alejan. Es importante que la pareja tenga tiempo a solas. Se puede hacer. Asegúrate de poner a tu pareja como prioridad y el resto de cosas puede esperar. Ese tiempo a solas no tiene que ser una cita cara, tomen una larga caminata, compartan un postre, vean una película. Y cuando estén juntos, hagan un esfuerzo por comunicarse.
Falta de comunicación
Este pecado afecta a todos los demás en esta lista. Una buena comunicación es la piedra angular de una buena relación. La comunicación no significa sólo hablar o discutir. La buena comunicación es honesta, no comprende ataques ni culpas. Reconoce y habla de tus sentimientos en lugar de criticar. Comunica el deseo de encontrar una solución que funcione para los dos, un compromiso, más que de pedirle a la otra persona que cambie. Y hablen de algo más que problemas, también es importante comunicar las cosas buenas.
No mostrar gratitud
A veces no hay problemas reales en una relación, como resentimiento o celos o expectativas poco realistas, pero tampoco se expresan las cosas buenas. Esta falta de gratitud y reconocimiento es tan malo como los problemas en sí, porque tu pareja se sentirá como si lo dieras por sentado. Toda persona quiere ser apreciada por todo lo bueno que hace. ¿Te cocina algo que te guste? ¿Es muy puntual y te espera? Tómate el tiempo para decir gracias, y darle un abrazo y un beso.
Falta de afecto
Quizás todo lo anterior vaya muy bien, pero si no hay afecto, existen grandes problemas. Todos lo necesitamos, especialmente de alguien que amamos. Tómate el tiempo, todos los días, para dar afecto a tu pareja. Salúdala con un fuerte abrazo cuando llega a casa del trabajo. Despiértalo con un beso. Furtivamente, bésale el cuello. Acaricia su espalda mientras ven televisión. Sonríele todo el tiempo.
Fuente: Nueva Prensa de Guayana
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